jueves, 3 de septiembre de 2009

Desprendimiento metafórico


Si veo lo largo y lo ancho, lo alto y lo bajo de derecha a izquierda, me doy cuenta que soy muy limitada, ya que solo puedo ver las 3 dimensiones del día a día, pero cuando soy un observador silente y me salgo de la vida metaforica de la cual me he acostumbrado a vivir a diferencia de los animales, puedo comprender que esta es más allá que el simple reflejo de la luz, las formas y las masas; claro ésta que todo esto comienza a cobrar vida cuando me doy cuenta que “ soy tan inconsciente que esto me hace ser más consciente que el resto” y, que aunque vivamos sometidos a la rigidez de los relojes o ( cuarta dimensión) y a las artificialidades de las medidas, comprendo más a Dali y sus derretidos relojes como un queso Camembert en proceso de descomposición, ya que el Universo no esta sujeto a ningún absoluto. Y más allá del tiempo y espacio suelto a Dios ya que lo hemos sujetado por tanto tiempo como un globo aerostático a este primer cielo; lo dejo ser tal y como es, sin encasillarlo en una forma ni en una cosa; es así como él me muestra su grandeza indeleble e inexplicable pero hermosa. Es aquí cuando comprendo que todo en este mundo relativo según Einstein compuesto por “átomos, electrones, neutrones y quarks” se deja llevar por nuestras percepciones y perspectivas; esto quiere decir que lo que yo pienso, digo y escribo, quizás no llegara igual para los Demas ya que muchos lo interpretaran según sus propias percepciones, vivencias, experiencias, costumbres y limitaciones y, que las cosas que veo no son las mismas si las veo desde el punto de vista de una hormiga, ya que lo que me parece cotidiano y pequeño cobraría una dimensión aun mayor o quizás más valiosa de la acostumbrada según nuestra perspectiva y, que lo que parecía cuadrado, redondo o triangular, comenzaría a tomar otras medidas, y que lo que era antes un gran problema para mí se convertiría en otra cosa antes nunca imaginada o quizás desde esta minúscula dimensión no existan tales, y que él corre corre de todos los días, el afán por el mañana y los relojes dejarían de existir ya que el tiempo solo existe en nuestra limitada mente. Es en este doloroso despojo de un ego tan humano que al igual que el Griego Narciso esta llenó de mucho amor propio y poco amor por los Demas cuando me rindo antes la naturaleza y me sumerjo en el mundo diminuto de una hormiga para poder comprobar que no somos más que egos y mentes poseídas con muchas limitaciones para ver mas allá de este mundo metafórico lleno de vanidad y afán, pero es aquí cuando recuerdo esa pregunta de Jesús tan asertada en ( Lucas 12,25) que dice: Y quien de vosotros podrá con afanarse añadir a su medida un codo?
Pero esta me lleva a Eclesiastés (1,2-4)
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades todo es vanidad. Que provecho tiene el hombre de todo su trabajo conque se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece.
Creo que la respuesta radica en Eclesiastés (7,14) la cual dice: En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.

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