En blanco

Entre lagrimas pide consuelo la que llora, pero no escucha porque se siente sola. Es aquella apatía por la vida la que la ciega, la que le muestra el otro lado de la moneda, nada la consuela no importa cuantos estén a su lado, no importa cuando, porque ella solo piensa en blanco, y es que aunque este sea su color predilecto, no es bueno tener la mente en blanco. Un alma vacía es como un árbol seco, de pie pero sin vida. Y es que aun de la madera hueca sale el sonar de una flauta, pero ella solo ve el tronco, porque sus ojos los venda con gasas blancas. Ilumina sus noches con una vela por miedo a no ver mas allá de esta, la soledad es su mejor amiga pero esta le lee cuentos que ella misma imagina. En la pared de su cuarto colgado esta el reloj que siempre marca la una y en su cama la almohada muda, esta es su fiel compañera de las noches frías aunque sea primavera. No vive, no ama, no escucha, no habla. Ella se pregunta que por que todo se fue de sus manos? Y fue precisamente por pensar en blanco...

Lo que me mantiene viva.

Lo que me mantiene viva es precisamente eso que no puedo alcanzar, es tener la constante expectativa de poder alcanzarlo, es pensar que algún día lo lograré, es mantener mi mente enfocada en algo que no esta, pero que creo que algún día estará, es hacer planes de algo que ni siquiera lo veo venir o que ni siquiera esta cerca. Lo que me mantiene viva es la esperanza de lo que quiero, es estar convencida de algo que no puedo ver.

Martillazos a mi cabeza

Siento como martillazos en mi cabeza que resuenan y resuenan, pum, pum, pum! Martillazos de pensamientos, martillazos de recuerdos, martillazos de momentos atrapados en mi pensamientos. Todavía no comprendo, como es que mi cerebro guarda tantos momentos, algunos malos algunos buenos, algunos tristes, algunos impuestos, algunos que quedaran para echar cuentos. Trato de dormir y de nuevo siento, pum, pum! Martillazos de pensamientos y cuando cae la noche entre dormida y despierta, pum, pum! Los martillazos de nuevo, que me roban el descanso, que me roban los anhelos, que me robam el deseo de completar mi sueño.

La esperanza.

Desde mi balcón escucho el cantar de los pájaros que me anticipan su llegada. Llegará con sus cestas llenas de flores, cestas llenas de lluvia, cestas llenas de verdor, pero sobre todo llenas de esperanzas. Aquí la espero sentada, me pondré mi vestido rosa y me soltare mi cabello antes sujetado, para que el viento lo sople y sentirme parte de ella. Aquí la esperaré, para olerla, para respirar su tierna y viva esencia. Le pediré tres de sus flores: Una rosa blanca, una margarita y un tulipán. Las pondré en un jarrón para contemplarlas cuando se aya ido. Y cuando llegue el crudo invierno ya estas estarán muertas. Entonces la esperaré de nuevo, y le pediré tres más o talvez cuatro o quizás más.